Para K. Anders Ericsson, psicólgo, el talento existe como capacidad innata, aunque el factor fundamental para desarrollarlo es la práctica intensa. Dan Coyle, autor especializado en talento, va más allá al afirmar que es el entorno el que fomenta el impulso del talento.
¿Pero qué pasaría si el talento dependiera de la actitud del individuo? Es decir, de su compromiso en poner toda su capacidad, de pensar que realmente lo puede llevar a cabo y de su decisión de actuar.
Aunque el primer paso de la gestión del talento es, sin duda, el autoconocimiento.
Ser consciente de las cualidades que uno tiene y tener la constancia para trabajarlas depende de uno mismo. Porque en el talento, como en la vida, el papel activo tiene más que ventajas. En la mayoría de los casos, el talento es una parcela invisible, aunque sus resultados sean concretos.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que si tú no crees en tu talento, nadie lo hará por ti. Porque siempre se transmite en función de tu seguridad y porque si no crees en ti será más costoso que perseveres en tu talento.
"El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad."
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